(Spanish article below)
September 10, 2009, will mark the tenth anniversary of an historic moment, when eleven Puerto Rican political prisoners walked out of federal prisons, having served 16 and 20 years behind bars for their commitment to the independence of Puerto Rico. President Bill Clinton commuted the sentences of Edwin Cortés, Elizam Escobar, Ricardo Jiménez, Adolfo Matos, Dylcia Pagán, Alberto Rodríguez, Alicia Rodríguez, Lucy Rodríguez, Luis Rosa, Alejandrina Torres, Carmen Valentín, in response to an international campaign for their release, supported by Nobel laureates and church and civic leaders from Puerto Rico, the U.S. and throughout the world. He based his decision on the fact that they had not committed any acts resulting in death or bodily injury, that they had served a significant amount of time in jail, and that their sentences were disproportionately long. The people of Puerto Rico and Puerto Rican communities in the U.S. gave them a hero’s welcome, embracing them with offers of housing and employment, lauding them with honors, inviting them to speak, to share their experience with a people hungry for contact with them. Reuniting with their families, settling into jobs, they immediately integrated into civil society. Over the decade they have led and served society, each in his or her own unique way, working in health care, education, arts and culture, media, and law, caring for and supporting their families, volunteering in the community. Perhaps one of the most significant activities in which they have all participated is the campaign for the release of their compatriots Oscar López Rivera and Carlos Alberto Torres, who were not released in 1999, and who have now served an astounding 28 and 29 years in prison. The ten year anniversary will thus be marked by celebration of the historic accomplishment of their release, and by a redoubling of our efforts to bring Oscar and Carlos Alberto home.
Décimo Aniversario
El 10 de septiembre del 2009 se conmemorará el décimo aniversario del momento histórico en que 11 prisioneros políticos puertorriqueños salieron de las cárceles federales luego de haber pasado entre 16 y 20 años tras las rejas, debido a su compromiso con la independencia de Puerto Rico.
El Presidente Bill Clinton conmutó las sentencias de Edwin Cortes, Elizam Escobar, Ricardo Jiménez, Adolfo Matos, Dylcia Pagán, Alberto Rodríguez, Alicia Rodríguez, Lucy Rodríguez, Luis Rosa, Alejandrina Torres, y Carmen Valentín, debido a una campaña internacional a favor de su excarcelación, la cual contó con el apoyo de ganadores del premio Nobel, al igual que líderes cívicos y religiosos de Puerto Rico, los Estados Unidos, y el resto del mundo. El presidente basó su decisión en el hecho de que los ex prisioneros no habían incurrido en actos que resultaran en la muerte o lesión de otros, que ya habían estado encarcelados por un período considerable, y que las sentencias que les habían asignado eran desproporcionadamente largas.
El pueblo de Puerto Rico y las comunidades puertorriqueñas en los Estados Unidos los recibieron como héroes. Los abrazaron, les ofrecieron empleo y vivienda, los honraron con reconocimientos. Los invitaban a hablar, y a compartir sus experiencias con un pueblo ansioso por conocerlos y comunicarse con ellos.
Una vez regresaron a sus familias, se incorporaron al trabajo y se reintegraron a la sociedad civil. En los últimos 10 años, cada uno de estos ex prisioneros ha aportado a la sociedad a su modo, en los campos de la salud, la enseñanza, las artes y la cultura, los medios y las leyes. Mantienen y apoyan a sus familias, y realizan labores voluntarias en sus comunidades. Uno de los esfuerzos tal vez mas significativos que ha contado con su apoyo es la campaña por la excarcelación de sus compañeros Oscar López Rivera y Carlos Alberto Torres, quienes no fueron excarcelados en el 1999. Estos ya llevan entre 28 y 29 años en prisión. Por ello, en el décimo aniversario de la excarcelación de los prisioneros políticos puertorriqueños celebraremos el logro histórico de su libertad, y redoblaremos nuestros esfuerzos por regresar a Oscar y a Carlos Alberto a casa.